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Lleva doce años cerrada al culto pero todo parece indicar que, por fin, al templo de Nuestra Señora de los Remedios, a la Catedral de La Laguna, le quedan pocos meses para reabrir sus puertas. Las obras de las cubiertas están finalizando y, tras el acondicionamiento del interior (junto a la remodelación de la plaza), la sede obispal abandonará la Concepción, en la Villa Alta para regresar a la iglesia de La Carrera. Julián de Armas (Tacoronte, 1943) es el deán de la Catedral de la Diócesis Nivariense y párroco de los Remedios. Con él repasamos la turbulenta historia de la rehabilitación del templo y hablamos sobre lo que supondrá su pronta reapertura para la ciudad de La Laguna.

¿Cuál es la última noticia que tiene del Estado?

La última noticia que tengo es que el Estado dice que quiere cumplir el convenio, pero este, a día de hoy, está sin cumplir.

 

¿En los presupuestos generales del Estado para 2014 hay una partida reservada para la Catedral de La Laguna?

Hay en torno a 700.000 euros. Lamentablemente, es poco.

 

¿Y cuánto se había comprometido a abonar en total?

En 2013 tenían que haber pagado ya los seis millones de euros, y han pagado solo 1.450.000 euros. El convenio termina en 2013, y lo que estamos pidiendo es, primero, cómo garantizar que ese convenio siga en vigor; y, segundo, cómo garantizar que se van a cobrar esos seis millones. Solamente, a día de hoy, hemos cobrado 1.450.00 euros, y la obra se está terminando.

 

Eso significa que el Obispado de Tenerife va a seguir endeudándose…

Claro, el Obispado se sigue endeudando.

 

¿Solo se endeuda el Obispado? ¿O también el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de La Laguna?

Solo el Obispado. El Cabildo y el Ayuntamiento están ayudando para terminar la obra relativa al acondicionamiento del templo. El convenio [con el Ministerio de Cultura] solamente contempla las cubiertas de la Catedral.
 

Que ya están en su fase final…

Estamos ya en la fase “finalísima”. Dos meses más y las cúpulas estarán terminadas. También, ya estamos pintando. La pintura, las instalaciones eléctricas, las instalaciones de megafonía, las medidas de seguridad… todo eso entra dentro del convenio del Ayuntamiento, Cabildo y Obispado.

 

¿Cuándo tienen previsto acabar esas obras de acondicionamiento?

Si las cosas no fallan, entre final de año y comienzos del otro.

 

¿Se puede aventurar ahora mismo a dar una fecha de apertura del templo?

No. Mi deseo sería que la Catedral estuviera abierta para Navidad, pero va a ser complicado. Lo más lógico es que esté abierta para Semana Santa [abril de 2014].

 

Precisamente, en el acto de conmemoración del centenario de la Catedral [el pasado 6 de septiembre], el obispo y usted dijeron que no se atrevían a poner una fecha para la apertura del templo…

No, no nos atrevemos a poner una fecha porque podemos equivocarnos.

 

Porque tenían intención de abrirla en septiembre de 2013, coincidiendo con las Fiestas del Cristo de La Laguna...

Más bien, teníamos intención de abrirla para el centenario del templo, el 6 de septiembre, en vísperas de las Fiestas del Cristo, pero eso quedó en un deseo incumplido.

 

¿Dónde ha encontrado más apoyo? ¿En el Gobierno del Partio Popular (PP) cuando se cerró la Catedral, en el Gobierno del Partido Socialista (PSOE)  o ahora, otra vez, con el Gobierno del PP?

Inicialmente, tuvimos mucho apoyo con el PP en el Gobierno, siendo presidente José María Aznar, de tal manera que estaba programado terminar la Catedral en 2005 [el templo se cierra en 2002]. A partir de la entrada del Gobierno socialista en 2004, se paralizan los trámites —las obras estaban en fase de instalación de la andamiada— porque comienza una discusión política y técnica. Por parte de las instituciones canarias (Obispado –propietario de la Catedral–, Ayuntamiento de La Laguna, Cabildo Insular, y Gobierno de Canarias), defendíamos, de acuerdo con el estudio hecho por los arquitectos y por el laboratorio Eduardo Torroja de Madrid, que era necesario demoler las cúpulas, porque no daban garantías para una restauración. Pero Madrid comienza a decir que no se podían demoler las cúpulas porque eran patrimonio histórico y que había que pasar por una restauración. Y ahí comienza una discusión entre nuestros técnicos y los del Instituto Nacional de Patrimonio. Esa discusión dura desde 2005 hasta 2008. Y fue el 11 de diciembre de 2008 cuando el entonces ministro socialista de Cultura [César Antonio Molina] resuelve de una vez por todas la situación diciendo: “Cúmplase la voluntad de la propiedad. ¿La propiedad no quiere conservar los techos, sino demolerlos? Pues a demoler”. Y, así, se da el visto bueno al proyecto de demolición.

 

¿No temen que esa decisión pueda incumplir alguna ley?

No, porque se desafectó. Los techos dejaron de ser un bien de interés cultural y, por tanto, se podían demoler. Además, es que estaban podridos. Técnicamente, no servían para nada, estaban desechos. El hormigón y el hierro estaban desintegrados, por lo que no servían. Lo que querían hacer los técnicos de Madrid [del Instituto Nacional de Patrimonio] era coger el techo y neutralizarlo; y eso garantizaba su conservación durante 50 años, pero nosotros queríamos una Catedral para 200 o 300 años. De hecho, las obras que se están acometiendo ahora tienen garantía para 200 o 300 años, gracias al polipropileno. El polipropileno es una fibra de vidrio que suple al hierro. Es un elemento nuevo que se está empleando por primera vez en un edificio religioso en el mundo y, por ende, en una Catedral.

Resuelta esa cuestión en 2008, comenzamos a planificar y a aprobar el proyecto de demolición y de reconstrucción, comenzando las obras en 2010.

 

¿No se han paralizado en estos tres años?             

No han parado desde que arrancaran en enero de 2010.

 

¿El Gobierno del PP no ha puesto ningún impedimento a lo que se pactó?

El PSOE puso dos dificultades desde el 2005 hasta que se resolvieron en 2008. Posteriormente, se firma el convenio con el PSOE y las obras comienzan durante su etapa en el Gobierno. Hace dos años, el PP llega [al Gobierno], sin poner ninguna dificultad. El PP quiere cumplir el convenio, pero ve que ese convenio está enmarcado en una crisis económica de alto alcance que afecta al Estado, a todas las instituciones y a todos los ciudadanos. La crisis económica ha hecho que el dinero no haya podido llegar a esta Ciudad con la puntualidad con la que tenía que haberlo hecho. ¿Qué reclamamos nosotros? Entendemos la crisis y que no se pueda cumplir el convenio durante este año, por eso pedimos un documento jurídico que extienda el convenio hasta 2015 (o 2016), y que lo que no se ha pagado ahora se garantice que se va a pagar en 2014 y 2015. Pero si para 2014 nos dan 690.000 euros, hasta ahora nos han dado un millón de euros, el año pasado no nos dieron nada y este año hay otro millón de euros prometido que no se ha pagado todavía… hay cierta incertidumbre económica.

 

¿Cuándo cree que se le van a dar los seis millones prometidos?

No lo sé. Nuestras gestiones en Madrid van por ese camino.

 

¿Se tiene intención de que el dinero que se le debe al banco lo pague el Estado?

Si vamos a más y se denuncia, el Estado es responsable, porque hay un documento firmado. Por lo tanto, el Estado correría con los daños y perjuicios que tenemos, pero nosotros queremos dialogar. De momento, hay un apoyo verbal del Cabildo de Tenerife y del Ayuntamiento de La Laguna para pagar los intereses; pero, que yo sepa, hasta el día de hoy no se ha ratificado.

 

¿Firmaron también un convenio para restaurar los bienes muebles del templo?

No, eso es algo está a largo alcance. El convenio con el Cabildo es para reconstruir un edifico anexo a las Casas Capitulares donde va estar ubicada el área museística de la Catedral. El convenio está firmado desde 2004 para, una vez terminadas las obras de la Catedral, acometer esos trabajos. Hay un protocolo de intenciones donde las cuatro instituciones –Ayuntamiento, Cabildo Insular, Cabildo Catedral y Obispado– nos comprometemos a aportar dinero para reconstruir esa casa y convertirla en zona museística.

 

Entonces, respeto al estado de los retablos, ¿teme que haya algún deterioro?

Los retablos llevan 11 años cubiertos. Me temo que haya algún 'problemilla', que algún 'bichito' nos haya visitado.

 

Es algo para largo plazo…

Sí, para muchos años. Estamos sin dinero y debemos un montón al banco… Estamos muy mal, y restaurar cada retablo cuesta más de 30.000 o 40.000 euros. Y, si vamos al de los Remedios, por encima de los 100.000 euros, calculo. Son muchos retablos…

Nuestro objetivo ahora es, una vez que los andamios se quiten, limpiar a fondo el edificio, desmontar la protección de los retablos, quitarles la suciedad y empezar a funcionar. Tenemos los bancos, gracias a Dios…

 

¿Ya están todos financiados?

Faltan dos, y espero que de aquí a diciembre se consigan. En eso estamos.     

 

¿Cómo ve las críticas de algunos sectores de la sociedad que, en una situación de crisis como esta, opinan que es preferible destinar el dinero que tiene el Estado convenido para asuntos sociales antes que invertirlo en la restauración de un templo?

Yo justifico las críticas. Hay cierta razón cuando decimos que ahora lo más importante son los pobres. Pero, primero, la obra estaba empezada antes de la crisis. Parar esa obra era deteriorar lo que ya estaba gastado. El polipropileno es un elemento que se estropea si no se termina de emplear para lo que estaba previsto; no podíamos dejar la cubierta de la Catedral a medias. Eso lo planteamos, y vimos que era peor el daño. Pero hay una segunda lectura: la Catedral ha estado dando trabajo a cincuenta familias. Si se hubiera parado la obra, la bolsa del paro y la problemática social habrían aumentado. Hay momentos en los que hemos tenido hasta setenta trabajadores operando —a día de hoy hay cincuenta y uno—. Por tanto, se ha hecho un bien social indirectamente, al mismo tiempo que se recupera un patrimonio que genera también economía. La Catedral abierta en el centro de la ciudad es, también, un motor económico. Este rincón de aquí [las proximidades al templo] está un poquito muerto, y la vitalidad que tenía se ha ido a la Villa Alta [el entorno de la Concepción]. Ya verán que, cuando la Catedral comience de nuevo a funcionar en su sede —misas diarias, entierros, bodas, bautismos, etc.—, la actividad que esto genera se va a notar.

Hemos barajado muchas posibilidades, pero vimos que, a pesar de la crisis, era conveniente seguir con los trabajos. Una obra empezada con esta nueva tecnología [el polipropileno] es una obra sin retorno; o se termina o se pierde todo lo hecho.

 

¿Considera que es positiva la involucración que están teniendo el Ayuntamiento de La Laguna y el Cabildo de Tenerife, pese a estar en un Estado aconfesional como España?

Sí. Es positiva porque la Catedral, aparte de ser un ente religioso, es un ente cultural. Difícilmente podemos entender la historia de la ciudad de La Laguna sin referirnos al templo [de Nuestra Señora de los Remedios], que se remonta a 1515; dentro de dos años celebraremos los cinco siglos de historia. El archivo histórico de la Catedral es fundamental para entender la historia, no solo de La Laguna, sino de Tenerife. Yo entiendo que el apoyo institucional y civil a una obra religiosa va más allá del apoyo a una confesión religiosa que, dicho sea de paso, está prestando también un gran servicio social a la sociedad. Si ustedes hoy quieren adentrarse en las entrañas de la Iglesia católica y preguntarse qué es lo que hace por los laguneros y por los tinerfeños, la respuesta es contundente. Tenemos unos datos concretos sobre cuántas obras sociales mantiene la Iglesia, así como Cáritas en La Laguna, cuántos asilos mantenemos…

 

¿Cómo ha visto a la Parroquia de la Concepción antes de acoger la sede catedralicia, cómo la ve ahora y cómo cree que estará después de que la sede de la Catedral vuelve a la Parroquia de los Remedios?

Nosotros [la Parroquia de los Remedios] le hemos dado vida a la Concepción. Allí se han unido tres realidades: dos parroquias y el Cabildo Catedral, que es una realidad aparte de las dos parroquias. Le hemos dado vitalidad y un multiuso al templo. Estamos, entre comillas, pisándonos; acaba una misa y empieza otra. Los fines de semanas son un poquito de vértigo. Los domingos hay ocho celebraciones nuestras —del Cabildo Catedral—, más dos de la Concepción; diez en total. Los sábados tenemos cuatro celebraciones. Estamos un poquito 'atascaditos'.

¿Cómo veía yo la Concepción antes? Pues funcionaba como una parroquia más. En estos once años, la Concepción ha funcionado como una Catedral, con dos parroquias dentro. ¿Cómo va a funcionar después de que se vaya la sede catedralicia? Bajará el culto, claro, pero seguirá funcionando como una parroquia matriz, una parroquia referencial. Además, es un ente patrimonial de primerísimo orden en La Laguna. Esa es la visión que tengo sobre la situación antes, ahora y después. No va a pasar nada, la Concepción va a seguir funcionando como lo hizo antes. Estará más 'despejada', tendrás menos culto, lógicamente, pero seguirá siendo un gran referente en La Laguna.

 

¿Cómo ha sido la relación con el párroco de la Concepción, Jorge Fernández?

Buenísima.

 

¿No han tenido que delegar?

No. Hemos formado un equipo las tres instituciones —Cabildo catedralicio, Parroquia de la Concepción y Parroquia de los Remedios—, nos hemos entendido perfectísimamente. Mucha gente decía: “Eso va a ser un infierno”. Pero no, ha sido una gloria. Nos hemos entendido perfectísimamente. Nos hemos puesto de acuerdo, hemos hecho cosas en común, cosas conjuntas y hemos hecho sus funciones. La respuesta es esta: nos hemos entendido perfectísimamente. Yo voy a extrañar mucho a la Concepción cuando me venga a la Catedral, y seguro que la Concepción nos va a extrañar mucho a nosotros. Nos hemos entendido tanto los dos párrocos como los fieles de una parroquia y de la otra. Perfectamente nos hemos entendido.

 

El obispo anunció en la conmemoración del centenario de la Catedral que iban a pedir un año jubilar al Vaticano. ¿En qué estado se encuentra esa idea?

Estamos esperando, pues hasta que no tengamos fecha de apertura no notificaremos nada. Una vez se sepa la fecha, vamos a pedir un año jubilar, que da pie para que la gente visite la Catedral, para que la visiten las parroquias y sus colectivos, los colegios... Las catedrales, al cumplir un aniversario importante, celebran un año jubilar. Nosotros cumplimos cien años, somos jovencitos todavía, comparado con las catedrales de la Península. Bueno, pues pediremos el año jubilar, en el que se dan unas gracias especiales a los fieles que visitan la iglesia durante el año. Habrá una serie de actos organizados, también culturales, como exposiciones de nuestro patrimonio: documental, pictórico, de imagen, de orfebrería, textil… Se hará en la medida que podamos económicamente, porque la crisis nos sigue acompañando y no podemos gastar todo porque no lo tenemos.

 

¿La razón exacta para pedir ese año jubilar es el centenario del templo?

Reapertura y centenario, las dos cosas. Reapertura de la Catedral después de una restauración grande, como esta, y el primer centenario; pero pesa más el primer centenario que la reapertura de la Catedral.
 

Usted ha sido durante varios años vicario episcopal para Asuntos Económicos… 

Sí, lo fui durante dieciséis años, hasta hace año y medio.

 

…por lo que sabrá cómo ha sido la implicación del Obispado para la reapertura de la Catedral.

 Por supuesto. La llevé yo.

 

Por lo que ha sido total…

Total. El Obispado se ha volcado y se sigue volcando con el nuevo ecónomo. Buscar recursos, gestiones. Yo las gestiones las estoy llevando con el obispo. Le damos caña a Madrid un día sí y otro también; y bueno, esperemos que siga.

 

¿Entiende que algunas personas se enfadaran cuando se incendió el edificio del Obispado y se priorizó, aunque fuera con otros fondos económicos, la rehabilitación del Oobispado antes que la Catedral?

Claro, entiendo que muchas personas se enfaden porque no conocen la trama. El edificio del Obispado no estaba amparado por ningún convenio nacional, mientras que la Catedral está amparada por el Plan Nacional de Catedrales. Tarde o temprano, bien sea en este siglo o bien sea en el siglo XXII, le tocaba a la Catedral de La Laguna; de hecho, le ha tocado ,aunque con retraso. En cambio, el Obispado iba por otro camino diferente. Salirnos del Plan Nacional de Catedrales y decir “vamos a empezar a trabajar en la Catedral” corría un riesgo grande, pues si lo hacíamos no habría un céntimo más para la Catedral. El día que haya que restaurar el retablo de los Remedios, la imagen del Cristo de los Remedios o la imagen de la Virgen de los Remedios, ¿a dónde iríamos? No convenía salirse del Plan. Lo barajamos, lo consultamos, don Felipe —el anterior obispo— lo estudió mucho, se habló con la Conferencia Episcopal… todo el mundo aconsejaba no salir del Plan. La Catedral tenía su plan, aunque tardara, y el Obispado tenía el suyo. Para la rehabilitación del Obispado hubo una gran movida popular; la gente y las autoridades canarias se implicaron en el Obispado, y en tres años salió la restauración plena. El 40 % del presupuesto lo buscó el Obispado con las aportaciones de los fieles, mientras que las administraciones canarias pusieron el 60 %.

 

¿Cómo ve la implicación de los demás diocesanos fuera de La Laguna y de Tenerife con la Catedral?

Floja, no se ha asumido. La financiación de los nuevos bancos ha salido casi toda —o toda— de gente de La Laguna.

Los católicos deben ver la Catedral como la Iglesia Madre, pero en la práctica es algo muy lejano. Cada uno tiene su templo, cada uno tiene su situación…

 

¿Se van a centrar en el museo catedralicio cuando finalicen las obras de la Catedral?

Eso tiene que esperar. Es imposible pensar ahora en restauraciones de imágenes, de cuadros, etc. ¡Ojalá se pudiera asumir!

 

Si el Estado paga lo debido se podría intentar, porque es un proyecto que se quiere hacer…

Si el Estado paga y el Gobierno de Canarias y el Cabildo mejoran su situación económica se podría intentar, porque actualmente no podemos. Nosotros queremos hacerlo, es un compromiso y creo que es una necesidad que el patrimonio de la Catedral esté catalogado y que los fieles puedan visitar durante el año las piezas que no están al culto —imágenes de Semana Santa, ropas, orfebrería, pinturas…—.

 

¿Cómo ha visto la polémica sobre la retirada de los patos de la plaza de la Catedral?

Yo, sinceramente, ahí me sitúo ya como un simple ciudadano. Estoy un poco indiferente ante el tema, quiero entender las dos posturas, los que dicen no y los que dicen sí. Los que dicen no, se trata de un tema sentimental. De niño veníamos a Semana Santa a La Laguna y una diversión era ir a la plaza de los patos, traerles golosinas… Sentimentalmente, entiendo a los que defienden esa postura. Por otro lado, los especialistas en el tema dicen que sanitariamente no conviene dejar a los patos en la plaza, y soy respetuoso con eso. Entiendo la postura popular.

El debate que hay sobre este asunto forma parte de nuestros sentimientos, de nuestra historia y de nuestra imagen: la plaza de los patos de la Catedral es de toda la vida. Yo nací con la plaza de los patos hecha, y mis abuelos también; la plaza de los patos está desde hace un siglo. Y entiendo la postura oficial que dice que no es conveniente que los animales estén en el centro de la ciudad, que hay que sacar los animales a un parque donde los animales estén mejor. Pero no tengo una opinión propia y definida porque no me lo he planteado.

 

Las obras de la plaza tienen previsto acabarlas al mismo tiempo que la Catedral, por lo que no habría retraso en la reapertura del templo…

Sí, más menos, dos o tres meses. No habrá retraso.

 

Cuando se reabra la Catedral y haya dos parroquias en el centro histórico, ¿cree que la práctica religiosa crecerá en La Laguna?

La práctica religiosa no ha bajado nada, sino que se ha dispersado…

 

Porque no todos los fieles de los Remedios han ido a la Concepción…

No, mucha gente se ha ido al Hospital [de los Dolores] o al convento de Las Claras, que están más cerca; mucha gente mayor se ha ido al Cristo, que es más llano que subir a la Concepción... Es posible que, una vez que la Catedral se abra, haya un boom, por la novedad de ver la iluminación directa que hay, que es una belleza. Luego [la práctica religiosa] se normalizará e igual crece un poquito. Habrá gente bajará a los Remedios y gente que se ha acostumbrado a la Concepción porque está cómoda y se quedará. Los fines de semana en la Concepción tenemos contabilizadas tres mil personas, y hay fines de semana que pasamos de los cuatro mil. Es una estadística casi fiable por el número de octavillas que repartimos en la puerta.

 

También favorecerá la peatonalización de las calles y que la Catedral esté justo en el centro del casco…

Sí, eso ha favorecido mucho. Hay buena oferta de comida, de restaurantes... La Catedral será un factor de crecimiento económico. Ya, de hecho, hay gente buscando locales para alquilar, pensando en la apertura de la Catedral.

 

Se complementan, porque tanto el ámbito cultural favorecerá a la Catedral como la revés...

Sí, por supuesto es un diálogo permanente entre una cosa y la otra.

"Lo más lógico es que la Catedral esté abierta para Semana Santa"

   (Esta entrevista fue publicada el sábado, 19 de octubre de 2013)

San Cristóbal de La Laguna, 19/10/2013. Julián de Armas lamenta el retraso en la financiación que el Ministerio de Cultura se comprometió a presupuestar. Daniel Pinelo.

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